Bolsa de plástico: Su uso es tan común como el de las monedas, cada bolsa de plástico que usamos tiene una breve vida útil, pero demora en degradarse 400 años. Estas bolsas, fabricadas con derivados del petróleo; pueden ser ingeridas por animales como las tortugas marinas, que las confunden con medusas, y también por los peces. Sus residuos se acumulan en los fondos marinos, donde pueden encontrarse hasta 4,000 millones de fibras microscópicas de plástico por km2.
Por todo eso, reduce su uso, prefiere las bolsas de tela, bolsos o mochilas, no solo en la playa sino para todas tus compras: ¿Acaso es necesaria esa bolsita donde te dan las pastillas?
Botella de plástico: Cada año se arrojan 8 millones toneladas de plástico a los océanos, estas se degradan en microplásticos que son ingeridos por peces, aves marinas, entre otras especies, muchas de las cuales terminan en nuestra mesa. A este ritmo para el 2050 habrán más plásticos que peces en los océanos y el 99% de aves marinas tendrán plástico en el estómago. Las botellas de plástico demoran entre 100 a 450 años en degradarse, y solo una pequeña parte llega a ser reciclada. ¿Opciones? Un tomatodo en la playa.
Tecnopor: Barato, ligero y descartable, los envases de poliestireno expandido, más conocido como tecnopor, parecen ser una genial solución para transportar comida, pero este material plástico espumado derivado del petróleo tarda más de 500 años en degradarse, con grandes perjuicios para el mar y sus especies. Asimismo, es dañino para la salud humana, pues es considerado como un material con potencial cancerígeno, razón por la cual ha sido prohibido en varias ciudades del mundo.
Latas: Cada lata demora más de 100 años en desaparecer y son un peligro para quienes andan descalzos en la playa, por eso es mejor llevar tus envases o siempre recogerlos y arrojarlos en un tacho de basura.
Colillas de cigarro: Si crees que la playa es cenicero, te equivocas. Pequeños, pero no invisibles para los animales marinos, cada colilla de cigarrillo dura en tu boca unos minutos, pero entre uno a dos años en la playa. Aunque parecen inofensivas, en realidad están fabricadas con materiales sintéticos derivados del petróleo, usadas para que el cigarrillo mantenga esa forma cilíndrica que conocemos.
Cubiertos descartables, envolturas de golosinas, y hasta pañales descartables son solo algunas de las “huellas” que dejamos los visitantes en las playas, pero estas están convirtiendo el mar en nuestro basurero global. ¡Este verano tú decides!